"Cuando voy a dormir cierro los ojos y sueño con el color de un país florecido para mí." Canción del jardinero, María Elena Walsh
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viernes, 29 de abril de 2011

Historias del reloj -Final


Me distraje y no conté la noche en que Claude Tisserant llegó sigiloso creyendo que todos dormían en la casa. Yo descansaba en el living. Supongo que él había leído demasiados cuentos de robos nocturnos, de otra manera no se comprende su torpeza. ¿Se habrá sentido un ladrón hábil?
Lo observé entrar por el balcón, con movimientos desacomodados. Había enganchado una soga por la que ascendió. Al día de hoy sigo sin entender cómo pretendía bajarme del segundo piso. Hizo demasiado ruido al abrir la ventana y tropezó con un sillón. Cuando se acercó supe que estaba ebrio. Puso su cara frente a mí y dijo: Vine a recuperar lo que es mío, hicieron trampa, no te merecen. ¿Qué podía contestar?
Habremos hecho uno seis u ocho pasos hasta llegar al balcón. El dueño de casa apareció sin hacer ruido, un tipo mafioso como él no era de los que dudan. A la luz de la luna descubrí el revólver. No hubo voz de alerta, fueron tres disparos, Claude se desplomó y yo caí con él. Pedazos, así fue en lo que me convertí, mientras la sangre de Claude y mi aceite se mezclaban.

* * * * * * *

Así fue como llegué por primera vez a manos de Maestro; un lío de engranajes, mis agujas quebradas, el cuadrante inservible. Sólo él podía volverme a la vida y eso hizo, después de innumerables noches. Una vez que estuve listo me miró como quien mira un trofeo, me envolvió en papel de seda y recomencé con un nuevo dueño.
Muchos años después regresé con Maestro, pero ya fueron inútiles sus esfuerzos, yo –caprichos de anciano, quizá- decidí marcar mi hora final. Desde ese entonces estoy aquí, las agujas clavadas en las dos menos diez –siempre me gustó esa posición, como si fuera un inminente abrazo-. No reniego de mi estancia; hice varios amigos, me actualizo con las nuevas tendencias y modelos, doy algún que otro consejo a los púberes o recién iniciados… Me agrada pertenecer a la estantería de los sin remedio, como nos llama Maestro, aunque él no lo acepte, engalanamos el taller.
Llegará un día en el que Maestro también deba descansar, espero que aún falte mucho, pero el tiempo –si lo sabré- es el único que decidirá cuándo; mientras tanto, disfruto de la tranquilidad y cuento historias a quien desee escucharlas.®

¿Final?



7 comentarios:

  1. ¡No!

    Debe seguir.
    Cada historia, es diferente a la anterior, motiva llegar a tu blog, esperando saber, qué a sucedido de nuevo.

    Hoy vi a Tisserant, borracho, cargando el reloj y queriendo escapar con el. Y siempre es así, la imaginación del lector vuela con sus letras, está allí, presente e invisible, curioseando cada escena.
    Para mí: debe seguir.

    Un abrazo.

    mariarosa

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  2. ¡Fascinante! como final ¡Exacto! si quisieras agregar historias sería previas a "final". No había leído las anteriores historias llego al "final" pero sinceramente os felicito por tan maravilloso, se podría decir: ¿Historias de un reloj? Creo que es lo mejor que he leído últimamente.

    Saludos cordiales.

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  3. hermoso... lo de la posición de las agujas como inminente abrazo... y todo el relato, claro. mi saludo de viernes, amigos. un placer.

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  4. Como siempre concluyo la lectura para decir: ha sido un grato placer pasar por su casa chicos!!!!Nana.

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  5. Seeee... lo de las dos menos diez como inminente abrazo, es una metáfora hermosa.

    Saludos

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  6. Vine con mi mate a instalarme, hacía mucho que no pasaba, he tenido a mi chico muy enfermo pero eso es otro cuento. He disfrutado mucho y se los agradezco, debo venir más a menudo e instalarme a conversar(imaginariamente) con ustedes(sus escritos).
    Besos a ambos y muchas gracias por la calidad literaria.

    mepm

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  7. Fascinante saga. Muy buena. Y este final...

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Cuarto de Regalos

Para Jeve y Ruma

Para ti, que escribres...

Broten las palabras de tu espíritu al papel

y dejen huella

de tal modo que permanezcan vivas, eternas en la roca testimonio de tu luz

y fuego en la luz de las estrellas.

Rodolfo Piay
http://visionesdeojosabiertos.blogspot.com/
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