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viernes, 20 de mayo de 2011
Cuarto de Prosa -El lugar elegido
Dicen que esta puerta la abrió Beck Moos (the Snowddy) una noche en que estuvo demasiado aburrido y quiso salir a recordar buenas épocas. No volvió a cerrarse. Tampoco le importa a ninguno de los que allí están.
Para llegar el ascenso es trabajoso, la pendiente –el regreso es lo mejor, se baja rápido-, las piedras, árboles que utilizan sus ramas para espantar a los curiosos hacen que uno se esfuerce mucho más de lo esperado. Beck sabía bien que sería difícil y por eso habrá elegido este lugar.
Cuando uno piensa que llegó al final de ese sendero que parecía eterno, se encuentra con la bifurcación. Hay algo más que the Snowddy dejó, una trampa quizá, una de sus tantas bromas, pero no se descubre sino hasta después.
El sendero se abre en dos: el de la derecha es tan escarpado como el de la izquierda. Si bien algunos se asoman al de la derecha, no suelen dar más que unos pocos pasos y toman el de la izquierda. Metros arriba está la puerta. Abierta. Siempre. El silencio emociona igual que el paisaje –supongo que Beck también sabría de las vistas imponentes que tendrían desde cualquier ángulo que miraran-.
La primera vez que fui debí buscar a Beck, pues está escondido, camuflado entre la piedra y el verde.
Hay muchos que también decidieron quedarse en ese edén salvaje; algunos no han sido visitados en mucho tiempo, pero otros aún conservan flores frescas, poesías, fotos… Toda clase de recordatorios.
Estuve un buen un rato allí, disfrutando de la paz, hasta que el frío me recordó la hora de volver. Cuando llegué a la bifurcación vi la flecha:
¿Quién la hizo? Me gusta pensar que fue Beck y su inagotable sentido del humor. Como ya dije, todos, aunque instintivamente sepan que tomando el sendero de la derecha se sigue por el camino de los vivos (que no lleva a ningún lado) eligen ir por el de la izquierda. Pero la flecha se ve sólo mientras se desciende, como un augurio. ®
Jeve
N. de A:
Cementerio del montañés, San Carlos de Bariloche, Argentina.
Beck Moos es un personaje inventado. La tumba que aparece en la foto pertenece a Gino de Pellegrin, miembro del primer esquipo nacional de esquí.
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Despensa
Cuarto de Regalos
Para Jeve y Ruma
Para ti, que escribres...
Broten las palabras de tu espíritu al papel
y dejen huella
de tal modo que permanezcan vivas, eternas en la roca testimonio de tu luz
y fuego en la luz de las estrellas.
http://visionesdeojosabiertos.blogspot.com/
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fotos y texto se cruzan en una trama de magia. salud amigos. gracias. y buen finde.
ResponderEliminarYo me lo habìa creìdo!!
ResponderEliminarBien escrito.
Buen fin de semana
muy buen texto , y las fotos me encantaron ! soy adicta a ver fotos .
ResponderEliminarBuen finde
Cris//mujeresdesincuentay
Me lo creí.Pensé que era verdad. Ya estaba pensando en buscar a Beck Moos en Google a ver quién era.
ResponderEliminarHermoso relato Jeve, ya nos tienes acostumbrados a los buenos textos. Gracias.
mariarosa
Un texto impecable, las fotos que lo acompàñan hacen que me haya sentido alli!!. Como siempre grato placer, en éste caso placer para mis ojos en domingo de lluvia. Nana.
ResponderEliminarHola!!!
ResponderEliminarCuantos rincones escondidos tenemos en nuestro país, gracias por compartirlo con nosotros, tendre que ir...
Buen fin de semana y un abrazo de oso.
He leído más tus textos de los que he comentado, siempre diciendo que después se podría rendir el debido reconocimiento. Pero como pasó el tiempo y se me hace difícil seguirlo, dejo el para después y ahora lo hago. Son muy buenos tus textos, un placer pasar por aquí. Un gusto seguirlos.Saludos.
ResponderEliminarQue buen relato y que buena forma de ilustrarlo! Esos lugares que parecen realmente mágicos. Me gusta (y asusta)la idea de encontrar esa puerta abierta en un lugar así, al final de un sendero.
ResponderEliminar(Hermosas fotos, hermoso lugar)
Besos.
Has hecho del lugar,
ResponderEliminarde las piedras
y el misterio
una bien relatada historia.
Besos
Simplemente... màgico!
ResponderEliminarEl texto, las fotos, el ensamble de ambos.
Un abrazo y felicitaciones
Graciela
Estupendo relato, que gusto volver aquí.
ResponderEliminarshosha