LUZ
Hacía mucho que no llovía en el pueblo de Salina Seca; tanto tiempo había pasado que los mayores no recordaban la existencia de la palabra “lluvia” y los más chicos ni siquiera podían imaginar lo que era ver caer agua de las alturas. A veces, muy de vez en vez, el cielo dejaba escapar algún rezongo y el horizonte se fisuraba en un relámpago tan imperfecto como excelso. Pero cierta noche de febrero sopló una brisa húmeda, deliciosa, las nubes se arremolinaron en el este hasta hacerse espesas y con una decisión propia de los cielos encapotados, avanzaron en silencio para dejarse llover. Quizá porque hacía tanto que no llovía en Salina Seca y hasta los cielos estaban confundidos, o porque no siempre las cosas tienen que ser idénticas hasta lo indecible, esa noche llovió luz. Gotas de luces de todos los colores que fueron iluminando las calles. Gotas gruesas, finas, hirientes como agujas, bamboleándose en las copas de los árboles, haciendo equilibrio en los cables, dando pinceladas iluminadas en los jardines. Los mayores creían recordar que las lluvias habitualmente no eran así, pero no estaban muy seguros.
Los más chicos se decían para sí, por qué no llovía todas las noches de esta forma, para poder ver algo tan hermoso. Pronto algunos se animaron a ganar la lluvia, salieron a la calle y bailaron o corrieron o simplemente caminaron bajo las gotas de luz. Y hay que decir que era muy gracioso ver como la gente brillaba, eran como espectros, tenían las aureolas perfectas. Muchos juntaron gotas de luz en baldes de chapa o plástico porque creían recordar que algún bisabuelo sabía decir que la lluvia era muy buena para lavarse el pelo; y otros juntaron luz en frasquitos para disfrutarla todos los días, como un adorno.
En la madrugada hubo un bostezo de luna y la lluvia de luz terminó. Desde aquella noche en Salina Seca muchas veces cayó agua del cielo, pero nunca mas volvió, realmente, a llover. Es que la belleza, como las tragedias, suelen no ser eternas. ®
Ruma
Cuartos principales
Cuarto con ventana al mar...
(36)
Cuarto con ventana al parque...
(3)
Cuarto de poesía
(14)
Cuarto de Prosa
(68)
El ensayo
(10)
Historias del reloj
(6)
Príscafo
(1)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Despensa
Cuarto de Regalos
Para Jeve y Ruma
Para ti, que escribres...
Broten las palabras de tu espíritu al papel
y dejen huella
de tal modo que permanezcan vivas, eternas en la roca testimonio de tu luz
y fuego en la luz de las estrellas.
http://visionesdeojosabiertos.blogspot.com/
⇄
English (auto-detected) » Hungarian
⇄
English (auto-detected) » Hungarian
⇄
English (auto-detected) » Hungarian
⇄
English (auto-detected) » Hungarian
!"Es que la belleza, como las tragedias, suelen no ser eternas. "
ResponderEliminarEsto tambien pasara, como nosotros, condenados al olvido, pero las letras quedan.
Prosapoética!
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
PALABRAS COMO NUBES
DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES OS DESEO FELIZ AÑO NUEVO 2010 Y ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.
José
ramón...
Me gustó mucho. No podía ser de otro modo.
ResponderEliminar¡Wawww...!
ResponderEliminarQue lindo.
Volé con el cuento y me imaginé una lluvia de luciérnagas, gracias poe escribir tan bellos textos.
mariarosa
Muy bello texto, Ruma; me gustó la poética del mismo y el final.
ResponderEliminarSaludos.
Alguien me dijo: pasá a leer el trababo de Ruma, y acá estoy. Muy bueno, soñador y lleva a imaginar esa lluvia escandalosa de luces..
ResponderEliminarUn saludo.
Alejandro
Què texto hermoso, imaginè cada gota de luz en pueblo seca y me hice còmplice de aquellos niños robàndole a la vida unas gostas de alegrìa. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQue belleza, por favor ruma si te enterás que llueven gotas de alegría no dejes de avisarme, placer, placer, placer. Nana.
ResponderEliminarBella fantasía que nos ayuda a olvidar la líquida necesidad de la lluvia.
ResponderEliminarEs uno de mis cuentos preferidos,no impoorta cuantas veces lo lea siempre me produce las mismas sensaciones,gracias de verdad un placer.
ResponderEliminarshosha