Cinco veces abrió el libro y fue siempre en la misma página. Eso no era un capricho de la casualidad, capricho era el suyo de negarse a aceptar el destino. Intentó leer, a desgano, es verdad, sabiendo que el aullido del lobo llegaría. Y el aullido llegó antes de la segunda palabra. “Las noches invitan al descanso, a olvidarse de que el mundo está allí”. Levantó la vista y le pareció ver la sombra del lobo entre el bosque que la rodeaba. Reparó que esos árboles no estaban la primera vez que abrió el libro de tapas azules (cinco veces la misma página). Volvió a la lectura “El universo es, al final de todos los finales, vacío pleno de imaginación, virgen dispuesta”.
Oyó un crujir de maderas, no era el andar del lobo, el animal ya estaba frente a ella, los ojos tristes y plumas entre los dientes. Era un ruido que venía de más allá, impreciso como los árboles que ahora eran más altos, menos frondosos. “Los límites del universo, como el de los sueños, son maleables para cualquiera que se anime, abiertos a quien que quiera penetrarlos”, leyó a su ocasional compañero, que continuaba alerta.
Otra vez el sonido bronco. El lobo, sobresaltado, se perdió entre los matorrales. Ella giró, los árboles se antojaban ahora más lejanos; le pareció ver que detrás del follaje el –su- universo terminaba en una pared. Caminó hasta allí. Detrás de ese muro de niebla pudo ver al hombre durmiendo. Roncaba; sobre su pecho, un libro abierto acompañaba el ritmo de la respiración. Ella cerró el suyo sin hacer ruido. No estaba muy segura de querer desaparecer. Ojalá pudiera volver a abrirlo, aunque fuera cinco veces en la misma página.®
Jeve y Ruma
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Para Jeve y Ruma
Para ti, que escribres...
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de tal modo que permanezcan vivas, eternas en la roca testimonio de tu luz
y fuego en la luz de las estrellas.
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Visiones de un sueño, sueño de una vida, deseos de vivir en un sueño. Todo puesto en la pluma de dos que son uno para provocar al lector a soñar. A vivir lo que lee. A seguir leyendo siempre. ABrazo
ResponderEliminarMe he perdido en el sueño, en ese destino que ha veces no queremos aceptar. Nos quedamos sin intentar descubrir qué sucede tras la pared de nuestro mundo diario, donde seguramente existe otro y otros seres iguales. Como te decia me perdí en la bruma del sueño....
ResponderEliminarmariarosa
Relato muy sugerente y evocador. Muy bien escrito. Los límites de los sueños están abiertos para quien quiera penetrarlos.
ResponderEliminarUna suerte haber paseado por este blog que seguiré.
Un saludo.
Bonita historia y bien narrada :D la protagonista de la historia es la misma que la del libro que lee el hombre dormido, ¿es así, verdad? si no es así...me he perdido, jeje!
ResponderEliminarUn saludo.
A veces me quedo afuera, lo confieso, sin entender.
ResponderEliminarMe queda sólo el placer estético de la lectura.
Tal vez se trate de eso, sólo de eso.
Esos libros de buena memoria. Esas vìrgenes dispuestas.
ResponderEliminarSaluditos.
Un relato repleto de misterio, abierto a tantas interpretaciones como sueños sean pasibles de ser soñados. Su lectura me trajo un sabor inconcluso a teoría cuántica. Leer y soñar, casi lo mismo, en especial cuando se trata siempre de la misma página.
ResponderEliminarUn buen homenaje, justo hoy, día 23, en el Día del Libro.
Enhorabuena a ambos.
“Los límites del universo, como el de los sueños, son maleables para cualquiera que se anime, abiertos a quien que quiera penetrarlos”
ResponderEliminarBellísimo, el horizonte es un balcón.
Los sigo, hace rato.
Para sacarse el sombrero :) Maravilloso relato donde la transición entre la protagonista que sale de la historia para descubrir que su lector (el que producía los extraños ruidos) se ha quedado dormido se realiza con una naturalidad más que envidiable. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarSaludos.
Parados en la misma página.. detenidos en la misma historia, a veces pasa, a veces lo percibimos, otras no.
ResponderEliminarComo siempre placer, grato placer, cariños y felicitaciones a ambos!
Un cuento de fantástica trama,y no fácil lectura, tan borgeano como laberíntico, metafísico diría, leo los comentarios anteriores y me deleita encontrar tantas lecturas como lectores...ese sea seguramente el horizonte del libro, tan maleable, tan elástico como la curvatura del espacio tiempo, tan real como una fantasmagórica visión a los ojos soñadores de quien necesita ver.
ResponderEliminarUna alhaja literaria, orgullo de leerlo !